Cómo usar los parches de calor y precauciones a tener en cuenta
En invierno, el descenso de las temperaturas puede provocar contracciones musculares, rigidez y una mayor sensibilidad al dolor. Aplicar parches de calor de forma localizada aporta una sensación de alivio casi inmediata.
¿Qué son los parches de calor y para qué sirven?
Los parches de calor son dispositivos que, al entrar en contacto con el aire, comienzan a calentarse gracias a una reacción de sus componentes. En su interior contienen ingredientes como hierro, agua, sal o carbón, que se activan cuando se exponen al oxígeno. En apenas media hora alcanzan unos 40 °C y pueden mantener una temperatura estable durante varias horas.
Este tipo de calor superficial ayuda a aliviar el dolor muscular y articular, ya sea por contracturas, sobrecargas o molestias leves derivadas de malas posturas o movimientos repetitivos. Su ventaja frente a otros métodos, como las bolsas térmicas o mantas eléctricas, es que los parches de calor se adaptan mejor al cuerpo y resultan más prácticos para seguir con la rutina diaria sin necesidad de cables ni microondas.
Beneficios de aplicar calor en dolores musculares y lumbares
La aplicación de calor actúa a varios niveles sobre el dolor y la rigidez muscular. Por un lado, estimula los receptores térmicos de la piel que bloquean las señales de dolor que viajan hacia la médula espinal y el cerebro. Por otro, favorece la relajación muscular, reduce los espasmos y mejora la flexibilidad de los tejidos.
El calor también incrementa el flujo sanguíneo en la zona tratada, lo que facilita la llegada de oxígeno y nutrientes, acelera los procesos de reparación y ayuda a eliminar sustancias que causan dolor. Además, el calor puede reducir la rigidez de las fascias y mejorar la movilidad articular, especialmente en personas con lumbalgia o dolor crónico de espalda.
Cómo usar correctamente los parches de calor
Saber cómo usar los parches de calor correctamente es fundamental para aprovechar sus beneficios sin riesgos. En general, deben aplicarse sobre la piel limpia y seca, evitando zonas irritadas o con heridas. Una vez abierto el envase, el parche se activa al contacto con el aire y empieza a calentarse en apenas unos minutos.
Entre las opciones más cómodas y eficaces se encuentran los parches de calor* de la línea Activity de Farline, que ofrecen diferentes formatos según la zona del cuerpo a tratar:
- Parche de calor Lumbar *. Diseñado para adaptarse perfectamente a la zona baja de la espalda, proporciona 8 horas de calor agradable y constante. Es ideal para aliviar la tensión muscular, la rigidez y el dolor de articulaciones o la lumbalgia. Basta con retirar la película protectora y colocarlo directamente sobre la piel, o sobre una prenda ligera, si se tiene la piel sensible, y en cinco minutos alcanza la temperatura óptima.
- Parche de calor Cervical *. Está pensado específicamente para el cuello y la parte superior de la espalda, ofrece las mismas características que el anterior, pero con un diseño más alargado (9,5 × 30 cm) que se adapta mejor a la zona cervical. Ayuda a aliviar las tensiones acumuladas por el estrés o las malas posturas frente al ordenador y proporciona un alivio prolongado sin necesidad de recalentarlo. Al igual que el parche lumbar, está recomendado a partir de los 12 años y cumple con la normativa de productos sanitarios.
- Parche de calor Multiuso *. Es el más versátil, adecuado para distintas áreas del cuerpo, desde hombros y brazos hasta abdomen o piernas. Con un tamaño más compacto (9,5 × 13 cm), resulta perfecto para aplicar calor donde más se necesite. También ofrece 8 horas de calor constante y está elaborado con los mismos ingredientes naturales que los otros parches de la gama.
Los tres productos comparten una fórmula a base de polvo de hierro, carbono activado, cloruro de sodio, agua, polímeros superabsorbentes y vermiculita. Y en todos ellos, gracias a su diseño, el calor se distribuye de manera uniforme, y se mantiene estable durante toda la aplicación.
Los parches de calor de Farline van acompañados de un manual de uso, que es necesario leer detenidamente antes de utilizarlos. Recuerda que el producto debe usarse con precaución, ya que los productos que emiten calor pueden causar irritaciones de piel, quemaduras o ampollas.
Precauciones importantes al utilizar parches de calor
Aunque su uso es sencillo y seguro, existen algunas contraindicaciones de los parches de calor que conviene conocer, así como precauciones a la hora de utilizarlos.
¿Cuándo no usar parches de calor?
No deben aplicarse en personas con problemas de sensibilidad cutánea, lesiones abiertas o zonas con inflamación aguda. Tampoco se recomienda en casos de tumores, cardiopatías, hipertensión, infecciones o insuficiencia renal, ya que el aumento de temperatura podría agravar ciertas enfermedades.
No utilizarlo en personas que no sean capaces de retirar por sí mismas el parche. Es el caso de bebés, niños, ancianos y personas dependientes.
En mujeres con dolor menstrual, el calor suele aliviar, pero si el sangrado es abundante o existen patologías ginecológicas, conviene consultar antes con el médico.
Además, no se deben usar parches de calor durante el sueño ni combinarlos con cremas o aceites, ya que esto puede aumentar el riesgo de irritación o quemaduras.
¿Cuánto tiempo se puede dejar un parche de calor?
Los parches de calor de Farline proporcionan calor durante un intervalo de 8-12 horas.
La recomendación general para los parches de calor de cualquier marca es que si aparece sarpullido o picazón en esa zona o se siente un calor excesivo, hay que despegarlo inmediatamente y dejar de usarlo.
Otras instrucciones para evitar riesgos con los parches y hacer un buen uso
- No ejercer presión sobre el parche durante su uso.
- En el caso de pieles sensibles o personas de más de 55 años, hay que pegar el parche sobre la ropa, no adherirlo directamente sobre la piel, asegurándose de que la cara suave del parche esté en contacto con la piel y la cara adhesiva hacia la ropa. El riesgo de sufrir quemaduras aumenta con la edad.
- Debe vigilarse el parche durante su uso y dejar de usar el parche de calor inmediatamente si se siente un calor incómodo o si se experimenta sarpullidos o picazón.
Consejos para aliviar el dolor de espalda en invierno
El invierno puede ser especialmente duro para la espalda. Las bajas temperaturas provocan que los músculos y ligamentos se contraigan, aumentando la rigidez y el riesgo de lumbalgia. Según los expertos de la Sociedad Española de Columna Vertebral, esta vulnerabilidad se acentúa en personas mayores, sedentarias o expuestas al frío durante largos periodos.
Para reducir las molestias, conviene mantener una rutina de ejercicio suave, como caminar o practicar pilates o yoga, abrigarse adecuadamente y evitar el sedentarismo, haciendo pausas activas si se trabaja sentado. También es recomendable aplicar calor localizado con parches térmicos o mantas eléctricas para relajar la musculatura y mejorar la circulación.
Acude a tu farmacia y pregunta por los productos de Farline. Tu farmacéutico de confianza siempre está disponible para ofrecerte consejo y recomendarte lo más adecuado, según tus necesidades.
*PRODUCTO SANITARIO. Cumple la normativa vigente de productos sanitarios.
Fuente:
- La columna vertebral, mucho más vulnerable en invierno. Sociedad Española de Columna Vertebral.
- Parches de calor para combatir el dolor, ¿de verdad funcionan? Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Navarra.
- A Role for Superficial Heat Therapy in the Management of Non-Specific, Mild-to-Moderate Low Back Pain in Current Clinical Practice: A Narrative Review. Life (Basel).
- Elaboración propia.
Validado por Cristina López,
Licenciada en Farmacia y directora técnica Laboratorios Farline