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Déficit de vitamina D y otras carencias nutricionales frecuentes

Un déficit nutricional puede afectar a cualquier persona, pero es más frecuente en la población infantil y en los mayores de 65 años.
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Redacción Farline
07 agosto 2025

¿Qué es un déficit nutricional y por qué se produce?

Un déficit nutricional se produce cuando el organismo no recibe la cantidad adecuada de uno o varios nutrientes esenciales, ya sea porque no se consumen suficientes alimentos ricos en dichos compuestos o porque el organismo no los absorbe bien. A largo plazo, puede afectar al sistema inmunitario, provocar fatiga, dificultar el rendimiento cognitivo e incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades, como el cáncer, la osteoporosis o problemas cardiovasculares.

Las causas de un déficit nutricional pueden ser muy variadas, como una alimentación desequilibrada o de baja calidad nutricional, problemas de absorción intestinal, celiaquía, algunos medicamentos o dietas veganas estrictas, que aumentan el riesgo de déficit de vitamina B o B12

¿Cuáles son los déficits vitamínicos más frecuentes?

A lo largo de la vida, nuestras necesidades nutricionales cambian. En etapas como la infancia, el embarazo o la vejez, ciertos nutrientes se vuelven especialmente importantes. Sin embargo, no siempre conseguimos cubrir esos requerimientos, lo que da lugar a carencias que pueden afectar seriamente a la salud. A continuación, repasamos los déficits vitamínicos más habituales y sus consecuencias.

Déficit de vitamina D

Es uno de los más frecuentes y está relacionado con la falta de exposición solar, dietas pobres en dicho nutriente y problemas de absorción. El déficit de vitamina D afecta al metabolismo del calcio y fósforo, debilitando los huesos y favoreciendo enfermedades como la osteomalacia o el raquitismo. También se ha vinculado con alteraciones inmunitarias, cardiovasculares y metabólicas. 

Déficit de vitamina A

Este nutriente es clave para la salud ocular y de las mucosas. Su carencia puede provocar desde sequedad ocular y problemas de visión nocturna, hasta daños más graves como la pérdida total de la vista. 

Déficit de vitamina B

Entre las vitaminas del grupo B, las B6, B9 (ácido fólico) y B12 son especialmente relevantes. La deficiencia de vitamina B6 puede aparecer en personas mayores, malnutridas o alcohólicas, y causar anemia, alteraciones nerviosas o problemas de piel. El déficit de ácido fólico es frecuente en embarazadas y puede derivar en malformaciones fetales, además de provocar cansancio y debilidad. El déficit de vitamina B12, por su parte, suele afectar a personas veganas, mayores o con problemas de absorción, y sus efectos van desde fatiga y trastornos neurológicos hasta anemia.

Déficit de vitamina C

Fundamental para el sistema inmune, la formación de colágeno y la absorción del hierro, su carencia puede provocar sangrado de encías, debilidad general, dolor en las articulaciones y retraso en la cicatrización de heridas. 

Déficit de vitamina E

El déficit de vitamina E puede provocar problemas neurológicos, debilidad muscular y trastornos de la visión. Es más frecuente en personas con problemas para absorber grasas o con enfermedades genéticas raras.

¿Cuáles son los déficits minerales más frecuentes? 

Déficit de calcio

El calcio es clave para mantener los dientes y los huesos fuertes, y prevenir así la osteoporosis. Aunque puede deberse a enfermedades intestinales o dietas pobres en lácteos, también se ha observado en personas con dietas vegetarianas o en tratamientos con corticoides. 

Déficit de hierro

El hierro participa en la producción de hemoglobina, por lo que su falta provoca anemia, con síntomas como fatiga, debilidad o palidez. El déficit de hierro afecta especialmente a mujeres en edad fértil y niños pequeños, y puede impactar negativamente en el desarrollo físico e intelectual. Las causas más frecuentes son una ingesta insuficiente, pérdidas de sangre -por ejemplo, durante la menstruación-, o ciertas enfermedades gastrointestinales.

Déficit de yodo

El yodo es fundamental para la producción de hormonas tiroideas, esenciales para el crecimiento y el desarrollo cerebral. Su falta puede causar bocio, hipotiroidismo y en casos graves, daño neurológico irreversible en el feto, por lo que es especialmente preocupante en embarazadas y bebés.

Déficit de magnesio

Este mineral interviene en procesos clave como la presión arterial, el metabolismo de la glucosa o la salud ósea. Suele relacionarse con enfermedades como la diabetes, con el síndrome metabólico o la osteoporosis. 

¿Qué síntomas pueden alertarte de una carencia de vitaminas o minerales?

Los síntomas de un déficit nutricional pueden ser muy variados y afectar a diferentes partes del organismo. A menudo se manifiestan a través de señales físicas que, aunque parezcan poco importantes al principio, pueden indicar una carencia más profunda. 

Cambios en la piel, como erupciones, hematomas frecuentes o zonas resecas y opacas en los ojos, pueden alertar de un déficit de vitaminas C, A o K. También es habitual notar caída del cabello, uñas quebradizas o deformadas (como la coiloniquia, típica del déficit de hierro). No te pierdas estos consejos para mantener la salud de tu cabello y prevenir su caída

Por otra parte, en las personas con déficits de vitaminas del grupo B, hierro o vitamina C, es habitual el sangrado de encías o la lengua inflamada. Si experimentas molestias frecuentes en esta zona, puedes consultar estas pautas orientadas al cuidado de encías sensibles.

¿Cómo influye el verano en las carencias nutricionales?

Las altas temperaturas suelen reducir el apetito, lo que puede traducirse en una menor ingesta de alimentos ricos en vitaminas y minerales. También es habitual el aumento de pérdidas minerales a través del sudor, especialmente de zinc, potasio o magnesio. 

Además, muchas personas deciden seguir dietas restrictivas para perder peso rápidamente, lo que puede derivar en déficits de vitamina B, hierro o magnesio, entre otros. Por ello, en verano también es importante cuidar la alimentación y tomar medidas para mejorar el tránsito intestinal

¿Qué personas tienen más riesgo de déficit nutricional?

Las personas mayores de 65 años son especialmente vulnerables, ya que con la edad pueden aparecer problemas de salud que reducen el apetito, dificultan la masticación o afectan a la absorción de nutrientes. También están en riesgo quienes sufren enfermedades crónicas que interfieren en la asimilación de los nutrientes, como la enfermedad de Crohn, o tienen dificultad para tragar o disfagia. Los niños menores de cinco años, en plena etapa de crecimiento, son otro grupo sensible. 

¿Para qué sirven los complementos alimenticios multivitamínicos?

Los complementos alimenticios para la energía y las defensas que combinan varias vitaminas y minerales en una sola dosis, están pensados para ayudar a cubrir las necesidades diarias de micronutrientes, especialmente en personas con mayor riesgo de déficit nutricional

Sin embargo, los multivitamínicos no deben sustituir a una alimentación variada y equilibrada, ya que los alimentos no solo aportan vitaminas y minerales, sino también fibra y otros compuestos beneficiosos que no se encuentran en un suplemento. 

¿Cómo elegir un buen multivitamínico?

A la hora de elegir un multivitamínico, conviene tener en cuenta que no existe una fórmula estándar: cada fabricante decide qué nutrientes incluir y en qué cantidades. Los más frecuentes suelen ser de toma diaria y aportan niveles cercanos a las recomendaciones generales, aunque algunos productos incluyen dosis más altas o combinaciones especiales. 

Para acertar con la elección, más allá de mirar el formato (efervescente, comprimidos, gummies...), es importante fijarse en el porcentaje de valor de referencia de nutrientes (VRN), que indica cuánto aporta cada comprimido respecto a lo recomendado. 

Una excelente opción para mejorar tu perfil nutricional es el Multivitamínico y Multiminerales* de Farline , que combina 12 vitaminas y 10 minerales en una fórmula equilibrada, pensada para tomar una sola vez al día. Gracias a su contenido en vitamina C, vitaminas del grupo B, ácido fólico, magnesio, hierro o vitamina D, ayuda a reducir el cansancio y la fatiga, y puede ser un buen aliado para prevenir o corregir un déficit de vitaminas o minerales en momentos de mayor exigencia física o mental.

*COMPLEMENTO ALIMENTICIO. No superar la dosis diaria expresamente recomendada. No debe utilizarse como sustituto de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. Mantener fuera del alcance de los niños más pequeños.

Fuente:

Validado por Cristina López,
Licenciada en Farmacia y directora técnica Laboratorios Farline

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