La diabetes la sufren  en nuestro país más de 5,3 millones de personas, de los cuales el 43% no está diagnosticado, según el estudio di@betes.es. Esta patología puede causar alteraciones en cualquier parte del cuerpo. De las afecciones que aparecen con más frecuencia, hasta en el 33% de los diabéticos, son las que afectan a la piel. Algunas de ellas son la picazón, la xerosis o sequedad extrema, y las infecciones cutáneas.

 

Un buen cuidado e hidratación de la piel puede reducir la aparición de infecciones, ya que si tenemos la barrera cutánea protectora alterada, las infecciones se podrían dar con mayor frecuencia. Y una piel extremadamente seca es más fácil que se lesione.

 

Respecto a la picazón, es muy frecuente, sobre todo en los miembros inferiores. Puede ser debida a los propios niveles de glucosa elevados en sangre, a la mala circulación que afecta a los capilares, a la sequedad excesiva de la piel, o incluso a infección por hongos. 

Los cuidados básicos que debemos realizar son:

 

- Riguroso control de los niveles de glucosa. Para ello, tener un glucómetro en casa para poder medir dichos niveles frecuentemente, y ajustar así tanto nuestra alimentación como ejercicio, e incluso medicación según la prescripción médica, es fundamental.

- Después del baño, que será con agua tibia y jabones neutros, seca muy bien la piel, especialmente la zona entre los dedos y los distintos pliegues, zona bajo los senos, etc.

- Realiza un masaje con lociones hidratantes fluidas, tanto después del baño como una o 2 veces más al día. Además de mejorar la humectación de la piel, el propio masaje activará la circulación de la zona. 

- Evitar la humedad excesiva, tanto ambiental como en zonas especialmente sensibles como pueden ser los pies. Por eso, elige zapatos cómodos, transpirables, y si es necesario cambia los calcetines frecuentemente.

- Corta las uñas con formas rectas, suavizando las puntas. Así evitarás posibles heridas e infecciones. 

 

El cuidado de la piel de los pies del diabético es muy importante para evitar lesiones, grietas, callosidades, o úlceras. Por eso, revísalos a diario, y utiliza hidratantes específicos de pies.