El consumo de la leche sin lactosa, se ha disparado en los últimos
años, y parece que prácticamente todo el mundo tenemos intolerancia a
la lactosa. Pero realmente, ¿cómo saber si soy intolerante a la lactosa?
En el caso de intolerancia a la lactosa, los síntomas más comunes
son digestivos:
- Gases, hinchazón y flatulencias
- Digestiones pesadas
- Retortijones, es decir, cólicos intestinales
- Diarrea debida a la mal absorción.
Estos síntomas se deben al déficit de la enzima lactasa, que durante
la digestión se encarga de romper la lactosa en dos azúcares, la
glucosa y la galactosa, que el organismo puede absorber.
Principalmente se presenta en adultos, ya que con la edad, vamos
dejando de producir esta enzima, especialmente, si dejamos de tomar lácteos.
La intolerancia a la lactosa muchas veces se confunde con una alergia
a las proteínas de la leche. Pero en este caso, lo que existe es una
respuesta inmune contra la proteína, que causa síntomas no sólo a
nivel digestivo, sino también cutáneos, respiratorios… Y se manifiesta
normalmente en menores de 3 años, y sólo excepcionalmente en adultos.
La forma de estar seguro y verificar si eres intolerante, y salir de
dudas, será acudir al médico para que te realice las pruebas oportunas.
Aunque seas intolerante a la lactosa, vas a poder seguir disfrutando
de tu queso, leche o postre lácteo preferido, gracias a los
complementos alimenticios a base de lactasa. Simplemente, tomando uno
o dos comprimidos de Lactasa, en función de la cantidad de lácteo a
tomar, media hora antes de la comida. Pregunta a tu farmacéutico por
la Lactasa Farline 9000 FCCU.