Nuestra salud o bienestar pueden verse afectados si la humedad
del ambiente que nos rodea es demasiado baja. La humedad
ambiental en casa debería estar entre el 30 y 50 %, y la temperatura
entre los 20 a 24 °C.
En invierno, por el uso de las calefacciones, esta humedad puede
bajar, y si el aire es muy seco, nos puede provocar sequedad en la
piel, los labios, los ojos, y las vías respiratorias. Así, las mucosas
se irritan e inflaman, haciéndonos más vulnerables a los virus y
otros organismos patógenos, acentuando, y en los peores casos
agravando los síntomas de las alergias y de numerosas enfermedades
respiratorias como pueden ser el asma, los catarros o gripes,
laringitis…
Por eso, se recomienda la utilización de
Humidificadores, para mejorar la humedad ambiental.
Especialmente, en el caso de tener en caso bebés, personas con
problemas asmáticos, o mayores. Pero además, el uso de
humidificadores nos ayudará a que nuestra piel no se reseque en
exceso, mejorando la hidratación cutánea; así como podrán disminuir la
sintomatología de personas que sufren sequedad ocular.
Los humidificadores ultrasónicos emiten una fina niebla de
vapor frío, evitando el riesgo de accidentes por
quemaduras. Y podemos elegir aquellos que presentan ventajas
adicionales, como filtro antical, especialmente recomendado para
alargar la vida útil del aparato en zonas de aguas duras, sistema de
iluminación nocturna, o de difusión de esencias.
Con el uso correcto de humidificador, conseguiremos un
ambiente mucho más saludable y agradable.