Aunque solemos pensar que los gérmenes se transmiten mayoritariamente
por el aire, lo cierto es que las manos son la principal vía
de transmisión. Es cierto que nuestra piel está cubierta de
forma natural por una comunidad de gérmenes con los que convivimos, e
incluso nos ayudan a mantenernos sanos, pero también recogemos
gérmenes por contacto con otras personas y objetos de nuestro entorno.
Una forma rápida y sencilla de evitar la propagación de
gérmenes, y garantizar la higiene y desinfección de las manos
es frotar las mismas con un desinfectante a base de alcohol. Es más
rápido, más eficaz y mejor tolerado por las manos que lavarlas con
agua y jabón, cuando estas no están visiblemente sucias.
El lavado con agua y jabón, va a eliminar físicamente a los gérmenes
por fricción, y se arrastran gracias al enjuague. Pero para garantizar
una correcta descontaminación, debe hacerse de forma adecuada y
concienzuda. Por su parte, la higiene a través de soluciones como
geles hidroalcohólicos, tiene algunas ventajas, como:
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No necesita la presencia de agua
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Se secan inmediatamente sobre la piel
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Mata muchos más gérmenes.
Nuestra recomendación: si este verano vas a viajar a países exóticos,
realiza frecuentemente, y siempre antes de cada comida una
desinfección de manos con gel hidroalcohólico. Este sencillo gesto,
puede salvarnos de más de una diarrea debida a toxiinfecciones
alimentarias. O para combatir la propagación de enfermedades.
Utilízalo también siempre que:
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Se esté en contacto con objetos posiblemente contaminados,
como pañales.
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Antes y después de estar en contacto con enfermos, por
ejemplo, personas acatarradas.
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Después de viajar en trasporte público, especialmente en
épocas de epidemia de gripe.
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Cada vez que se desee descontaminar las manos.