Si eres de una de esas personas que, tras el periodo de
confinamiento, te has animado a hacer deporte, ya sea correr, marcha,
o montar en bicicleta (lo que sea dada la situación), ¡enhorabuena!,
pues tu salud te lo agradecerá. No lo dejes, e incorpóralo a tu nueva
rutina de vida.
Pero si quieres mantener las lesiones a cero, o minimizarlas en caso
de que ocurran, ten en cuenta:
- Realiza siempre un entrenamiento progresivo, con
menor exigencia los primeros días, que puedes incrementar poco a
poco. Antes de comenzar el entrenamiento, realiza un calentamiento
previo, y al terminar, realiza estiramientos suaves de los
principales grupos musculares que más han trabajado.
-
Hidratación. Para que el cuerpo, en especial la
musculatura responda de forma adecuada, debe estar hidratada. Por
tanto, bebe abundante agua a lo largo del día, y en especial después
del ejercicio, sobre todo si este es intenso, o la temperatura es alta.
-
Ortesis de sujeción. Si has tenido en el pasado
lesiones recurrentes en alguna articulación (como esquinces de
rodilla, tobillo, etc), el empleo de órtesis que mejoren la
sujeción, sin limitar el movimiento, a la vez que aportan calor a la
zona para preparar la musculatura, te puede ayudar a minimizar el
riesgo de nuevas lesiones.
- Si vas a practicar carrera, o cualquier otro ejercicio en el que
puedas sufrir fricción continua en algún área, aplica Vaselina
antirozaduras, enriquecía con aceites esenciales en las zonas
afectadas. La forma más sencilla y eficaz de proteger tu piel.
- Geles de Preparación muscular, aplicados junto con el masaje
deportivo ayudarán a recuperar tus músculos tras el esfuerzo.
Si hemos llegado demasiado tarde, y has sufrido alguna lesión,
recuerda: puedes aplicar frío para alivia la sensación de dolor y
reducir la inflamación. Por eso es recomendable en el caso de
contusiones, después de una caída o golpe en general. En caso de
lesiones recientes. Se recomienda aplicarlo
Sin embargo, el calor está recomendado en el caso de dolores
musculares o articulares en los que no existe inflamación, por ejemplo
en el caso de contracturas, ya que ayuda a relajar y regenerar el músculo.
En ambos casos, se aplicará en periodos cortos, entre 15 – 20
minutos, cada dos horas como máximo. Y evitando aplicar el frío o el
calor directamente sobre la piel.
Ten en casa siempre a mano una bolsa de gel frío-calor, como un
básico de tu botiquín. Consulta a tu farmacéutico.