Si al cepillarte los dientes has notado sangrado de las encías,
este es el primer síntoma de gingivitis, es decir, inflamación de las
encías, o también llamado encías sensibles. Pero en la gingivitis
también se observa enrojecimiento, inflamación, sangrado, y si
evoluciona, podría llegar a retracción de las encías, movilidad de las
piezas dentarias, e incluso pérdida de las mismas, dado que la encía
es la encargada de sujetar y dar soporte a los dientes.
Existen distintos factores que pueden influir en su aparición,
desde malnutrición con carencia de vitaminas, minerales, y nutrientes;
algunos fármacos, tabaquismo que provoca la inflamación y posterior
sangrado de las encía; alteraciones hormonales, como en el caso de
embarazo, pubertad, o diabetes no controladas; a factores locales como
malposiciones dentarias, ortodoncias, etc… que finalmente favorecen la
causa principal de la gingivitis, que es el acumulo del biofilm o
placa bacteriana en la zona. Por suerte, este acumulo es reversible.
- Emplea cepillos de cerdas suaves, para evitar el sangrado, y el
daño en la encía ya inflamada.
- Realiza limpiezas bucales en el dentista al menos una vez al año.
- Para la higiene bucal diaria, tres veces al día, emplea
pasta dental y colutorios específicos para
encías sensibles, formulados con activos que reducen la inflamación
y protegen la encía.
- Utiliza el
irrigador bucal para limpiar en profundidad la
zona periodontal.
Y por supuesto, si es tu caso, abandona el tabaco, y lleva una
alimentación adecuada, rica en frutas y verduras.