Hoy en día, la caries aún es una
enfermedad generalizada, hasta el punto que según datos de
la OMS, afectando a nivel mundial al 60-90% de los escolares y casi al
100% de los adultos. De igual modo, entre el 85 -94% de la población
española mayor de 35 años presenta algún problema relacionado con las
encías, llegando estos problemas a periodontitis o piorrea en un 16 –
30 % de los casos.
Como factores de riesgo
para el padecimiento de enfermedades bucodentales, se
encuentran la mala alimentación, el consumo nocivo de alcohol, la
existencia de diversos determinantes sociales, pero sobre todo en
nuestro ámbito, la falta o mala higiene bucodental. Sigue siendo
necesario recordar que debemos realizar una correcta y completa
higiene bucal, y realizar programas de prevención y atención dental de
la población infantil y juvenil.
Cuando usamos únicamente el cepillo
dental, dejamos sin limpiar el 40 % de la superficie de
nuestros dientes, sin embargo, sólo el 67 % de los
españoles utiliza otros productos, además del cepillo y la pasta para
su higiene diaria. La caries dental podría prevenirse manteniendo de
forma constante una baja concentración de fluoruro en la cavidad
bucal. Esto se puede conseguir mediante la fluoración del agua de
bebida, la sal… pero también gracias a los colutorios y pastas dentífricas.
Todos conocemos la recomendación de cepillarnos los dientes 3
veces al día, pero este es sólo el primero de 5 pasos que debemos
seguir para mantener nuestra salud bucodental:
1. Cepillado. Podemos elegir entre cepillos
manuales o eléctricos, pero más allá de esta cuestión, lo importante
es realizar un cepillado con la técnica y frecuencia adecuadas.
2. Limpieza interdental. Permite mejorar la
limpieza en el área de entre los dientes. Se puede llevar a cabo con
distintos sistemas, como hilo o seda dental, o cepillos interdentales,
y la elección de uno u otro, debe basarse en la habilidad del
paciente, su anatomía y sus preferencias, ya que una utilización
incorrecta, por ejemplo del hilo dental, podría no ser eficaz en su
objetivo e incluso provocar daño en la encía.
3. Uso de enjuagues bucales, soluciones acuosas
o hidroalcoholicas que contienen principios activos al igual que las
pastas dentífricas.
4. Realizar visitas periódicas al odontólogo.
5. Y por supuesto,
reducir la ingesta de azúcares y llevar una
alimentación equilibrada, rica en frutas y verduras.
Si queremos conseguir una eliminación de
placa adicional, incrementando la prevención frente a la caries, y
otras afecciones bucales, especialmente las que afectan a las encías,
podemos emplear la irrigación dental. Esta técnica
consiste en la aplicación directa de un chorro de agua o
colutorio bucal. Ayuda a eliminar las bacterias
depositadas en los dientes, encías, lengua y lugares de
difícil acceso de la cavidad bucal y es de gran utilizar para la
limpieza correcta de la superficie dental en aquellas personas que
utilizan aparatos de ortodoncias, coronas o implantes, y en personas
con encías delicadas o inflamadas, u otros problemas periodontales o gingivitis.
Se ha demostrado que al combinar la
irrigación bucal con el cepillo manual, logramos una eficacia hasta un
93% superior en la mejora de la salud gingival respecto a usar solo el
cepillado manual.
Para poder realizar la irrigación en
casa, en nuestra farmacia podemos encontrar aparatos
irrigadores bucales para uso doméstico. Nuestro
farmacéutico nos podrá recomendar aquél que mejor se ajuste a nuestras
necesidades, tanto de salud como económicas. Deberemos fijarnos en que
tengan una potencia correcta, un volumen de depósito de agua que nos
permita realizar la limpieza de la boca completa (600 ml), control de
la regulación de la presión para adaptar la fuerza de irrigación, y
las boquillas necesarias para cada una de nuestras necesidades:
estándar, específicos para la cavidad peridental, para facilitar la
limpieza en el caso de aparatos de ortodoncia o limpiadores linguales,
y por supuesto garantía de calidad.