En invierno, dado que el ambiente suele ser más seco, y los cambios
de temperatura que sufrimos del exterior al interior son muy
frecuentes, es habitual que la piel se reseque en
exceso. Y en el caso de las personas que sufren dermatitis
atópica, que habitualmente son niños, aparezcan más brotes.
Es en este momento cuando su piel, que de por sí debemos cuidar que
esté siempre suficientemente hidratada para reestructurar su barrera
cutánea alterada, requiere un plus de hidratación. Está demostrado que
mejorar la hidratación diaria puede reducir la frecuencia de brotes de atopia.
En los brotes, suelen aparecer lesiones, con zonas
enrojecidas, engrosadas, y sobre todo caracterizadas porque
presentan mucho picor. Lo que supone un gran disconfort e irritación
por parte del niño.
Para su tratamiento, el médico nos prescriba corticoides o
inhibidores de la calcineurina, que tiene efectos similares. Se
aplican en las zonas con lesiones, pero en el resto del cuerpo se debe
mantener la hidratación.
Los productos hidratantes deben estar especialmente formulados
para pieles atópicas, ya que tienen la capa lipídica
protectora defectuosa. Deben estar testados bajo control dermatológico
y pediátrico, y libres de alérgenos. Lo ideal es que tengan un de alto
contenido lipídico, para nutrir y reparar la piel intensamente,
reduciendo la sequedad y tirantez rápidamente, pero con una textura
suave y untuosa, es decir, que se absorban rápidamente, dejando la
piel hidratada, pero sin sensación de exceso de grasa.
Dentro de la gama para Pieles Atópicas Farline, la Crema
Corporal Intensiva Piel Atópica cumple todas estas características,
con el agradable olor característico de la gama, y como siempre, con
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