Cuando hablamos de hidratación, muchas veces pensamos únicamente en
nuestro rostro, y olvidamos que la piel del resto de nuestro cuerpo
necesita también ser cuidada a diario.
La piel es el órgano más extenso del cuerpo, con unos 2 m² de
superficie media en un adulto, y una de sus principales funciones,
además de servir de comunicación con el exterior, mantener la
regulación térmica, es la de asegurarnos la protección frente agentes
externos. Y para poder realizar esta función protectora de forma
eficaz, debe estar correctamente nutrida, hidratada e íntegra. En caso
de deshidratación, la piel se vuelve más frágil y vulnerable a las
agresiones, perdiendo por tanto parte de su capacidad de defensa.
Por eso es importante hidratar y nutrir la piel, a
diario. Durante la ducha o el baño, ya sea por los jabones,
incluso por el propio agua, especialmente en las zonas de aguas duras,
la capa de manto que cubre y protege nuestra piel se va eliminando. Al
aplicar cosméticos hidratante, aportamos grasas similares a las de
nuestro propio cuerpo y elementos humectantes capaces de mantener la
hidratación de la piel.
Además,
- Mejorar la firmeza, el tono… y también el aspecto extrerno
La piel de las manos sufre especialmente la
deshidratación, pues está sometida a muchas más agresiones,
las lavamos más frecuentemente, y están constantemente expuestas a los
cambios climáticos, especialmente en invierno.