Si tienes necesidad urgente y frecuente de orinar, al hacerlo
sientes escozor o ardor, y te parece que no has terminado después de
la micción, probablemente estés sufriendo una infección urinaria, o
cistitis. Todo este conjunto de síntomas hace que quien padezca la
cistitis se sienta realmente incómodo, hasta el punto de alterar su
vida cotidiana.
Cuando tengas los síntomas descritos, acude al médico. La cistitis
ocurre en la mayoría de los casos por una infección de las vías
urinarias por Escherichia coli, y por tanto, el tratamiento habitual
son antibióticos, lo cual, valorará tu médico. Nunca te auto-mediques.
La cistitis afecta mayoritariamente a las mujeres, por el simple
hecho anatómico de tener la uretra más corta, y por tanto, el
recorrido que las bacterias tienen para llegar hasta la vejiga es
menor que en los hombres. Se estima que afecta hasta el 37% de las
mujeres a lo largo de su vida. Pero además, de ellas el 20% tienen
episodios de repetición y en muchos casos se sufre de forma recurrente.
Por suerte, tenemos formas de prevenirlo:
- Beber al menos 1,5 litros de agua al día, y orinar con frecuencia
(al menos cada 3 horas), ya que la propia orina ayuda a arrastras las
bacterias de las vías urinarias.
- Cuidar al máximo la higiene íntima, con productos específicos
para ellos, tanto jabones como toallitas que mejoran la limpieza. Y
realizar esta en sentido de adelante hacia atrás.
- Evitar la humedad en la zona íntima.
- Tomar arándanos rojos, dado que las proantocianidinas que
contienen impiden que las bacterias se adhieren a las paredes de la
vejiga, arrastrándose más fácilmente con la micción. Si además
incorporan vitamina C, acidificarán la orina, haciendo que sea más
difícil el crecimiento bacteriano. Puedes encontrarlos en tu farmacia
en forma de cápsulas, para una fácil toma y dosificación correcta.