Las manos dicen mucho de ti, de tus costumbres, de tu trabajo, tu
personalidad, incluso de tu salud. Si quieres que transmitan siempre
lo mejor de ti y mantenerlas jóvenes, cuídalas y mímalas a diario.
- Nunca, nunca, nunca, muerdas tus uñas. Esta
mala costumbre, que afecta hasta al 30% de la población, más allá de
problemas estéticos, puede dar lugar a infecciones, deformaciones en
la dentadura…
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Lava las manos con agua tibia, ni muy
caliente, ni muy fría, que la resecarían, con jabones suaves, y aclara abundantemente.
- Aplica crema de manos frecuentemente, y
siempre después de cada lavado. Así ayudarás a restaurar la barrera
cutánea, devolviendo a la piel su suavidad, tersura, y sobre todo, su
función barrera protectora.
- En el caso de pequeñas heridas, quemaduras, etc., una vez
cerradas,
aplica crema regeneradora rica en panthenol (al
menos al 5%), que ayudará a que se recupere completamente de una forma
más rápida, mejorando la cicatrización y evitando marcas.
- Protege las manos del frío extremo con
guantes. Junto al rostro, las manos son la parte del
cuerpo que más expuesta está a las inclemencias, y por tanto, la que
más se puede deshidratar, erosionar e incluso agrietar.
- Corta y lima las uñas.
- Puedes esmaltar o no tus uñas, según tus gustos, pero hazlo
siempre con productos de calidad.
¿Hay algo más bonito que una caricia con unas manos cuidadas y suaves?